domingo, 17 de mayo de 2015

Valle del Tiétar



















Hoy estoy cansado, por mil cosas, por la ruta? por el ruton! por la vida en general, en los rincones que hoy vimos, donde el agua brota, donde ese color amarillo deslumbra, en mi cabeza retumba otro pesar, otro que no he de contar, otro que la vida nos da.

Como siempre sin madrugar mucho, nos dirigimos hacia Sotillo de la Adrada, todavía me acuerdo de la Transgredos con Nano y Pedro, que bien nos la pasamos y que paisajes sin igual, la idea para hoy era clara, reventar! Ángel esta fuerte, al principio fue con cautela hasta que llegamos al desvío a Pedro Bernardo y ya no le vi el pelo jeje. 

Se marchaba y se marchaba, aunque las rampas no son muy duras, no es Morcuera, el sufrimiento es espectacular, el pueblo disfruta de unas vistas sin igual del Tiétar, los primeros 7 kms se pasan bien, después, aunque va tendido, el tramo final hasta Serranillos es duro, o por lo menos a mi se me hizo, alguna barrita y algún gel, algún Tigre me hubiera comido, que no mejillón, quizás los de mis uñas de los pies. 

Ángel seguía cual gacela subiendo, de vez en cuando bajaba a visitar al peton, yo aunque no iba con todo metido, de piñones no de lo otro, cuando coronamos Serranillos con casi 30 kms subiendo, que es para vivirlo!, tenia un empanamiento del quince.













Bajamos a Serranillos pueblo, allí otra barrita, otro gel y hasta me hubiera tomado leche con miel, o unos sobaos, o unos manolitos! o hubiera prendido fuego a la flaca, que desvarío cerebral me quedo, por cada petada que hago yo creo que pierdo neuronas, si alguna me queda.

En un continuo sube y baja llegamos a Navarrevisca y pronto afrontamos el tramo final del Puerto de Mijares, tiene unos 9 kms bastante duros, con un parte final en zeta, donde la flaca se agarraba al asfalto cual lija, ya por fin Ángel me vino a buscar y coronamos Mijares, buff!!















Casi 25 kms bajando, pasando por Mijares y por Casavieja nos devolvía a la 501, donde la vuelta a Sotillo, como me temía, se convirtió en algún tramo, de calor y dureza, pese a no ser lo mas duro del día, ya llevamos mucha tela  y Ángel galopo y galopo y su ojete desapareció, el mio estaba al nuit.

Tras casi 7 horas de pedaleo, 131 kms y 2.470m subiendo, solo me dieron ganas de fundir la flaca, afortunadamente nos zampamos unas tostas y unas cervezas que me hicieron volver a mi sin razón.



















Ahora ya desde la lejanía del Tiétar, ese paraíso cercano que tenemos, ir a visitarlo, pero por favor, sin bici, no seáis masocas, que no es plan, que salvo JC que no tiene remedio, los demás podéis evitarlo y vislumbrar ese valle desde la tranquilidad de su balcón, por ejemplo en Pedro Bernardo.