martes, 24 de mayo de 2022

Cercedilla da la Vida!


La montaña y su justicia, tan extraña, tan divina, nos llevó a límites insospechados, rozamos el fin, tocamos el sufrimiento total, renegados a penar, sudando hasta ahogarnos en nuestros pensamientos.

Como toda historia montañera comienza en la cabeza de alguno, en este caso de Paco, al cual le comente que no quería hacer demasiado, razones obvias de mis meses penando y mi condición física no muy apta todavía para la dureza de la montaña, si, esa que tu te piensas que estás fuerte por salir por Pinto y cuando vas a esos lares tu fuerza es insignificante ante la magnitud de los retos que te esperan.

Salimos no muy temprano de Cercedilla, la idea era hacer la subida a la Fuenfría y unas cuantas sendas por los pinares de Valsaín, al final tras una subida al chino chano y Paco subiendo y bajando veinte veces, coronamos la Fuenfría en un día de verano en mayo.


Ya bajando decidimos ir a Valsaín pueblo, allí nos tomamos un refrigerio y afrontamos las duras rampas de salida del pueblo, prácticamente en 3km más del 10% de media de ascensión, me dejaron las patas muy finas, en mitad de la subida decidimos seguir el track que sendereaba cerca de río de la Acebeda, una senda bonita y disfrutona nos hizo olvidar el penar de la subida, seguimos por una carreterita estrecha.



El track viraba a izquierdas por un rampote, dilucidamos seguir por la carretera y viendo en el GPS que se juntaba con el track, pero esa decisión fue un error, la carreterita se convirtió en camino, el camino dejaba a la derecha el río Peces.


Continuamos por senda Cabezagatitos, ya que el GPS nos indicaba que esa senda se juntaria con el track, la senda se convirtió en la nada y la nada en el todo del sufrir, tirones en las patas, corazón acelerado, cabeza explotada, decisiones varias, más de una hora de pateo por zona hostil, jodido Collado del rio Peces, Paco encontró de nuevo el camino, el cual se volvió a convertir en senda, la cual comenzó a alejarse otra vez del track y decidimos atronchar y tras cruzar el arroyo de Retamar y seguir el arroyo de Cerceda, retomamos la senda de la Acebeda y llegamos con un rampote del copón por a la pista un poco antes de la fuente de la Reina, la cual nos dio la vida y nosotros se la devolvimos a un chaval que ayudamos prestando una cámara para que llegara a casa.


Y así es la vida, la misma que se llevó hace una semana a mi cuñado, la que nos lleva por sendas y caminos que nosotros no conocemos y que por más decisiones que tomemos muchas veces no sabemos cuál será la más acertada, lo que sí sé es que desde arriba el muy condenado se estaba riendo de mí con una mahou en la mano, la eternidad será tuya Antonio, DEP.

Ruta Wikiloc