Un viaje para el recuerdo, una isla para visitar, un verde espectacular donde los animales pacen en libertad, donde las gallinas se te cruzan en los senderos, donde el agua corre libre, donde los delfines te saludan, donde la mente desconecta de este mundo infernal.
En Furnas pudimos visitar el Parque Terra Nostra y darnos un baño de barro a 40 grados muy ricos, donde te puedes comer un cocido cocinado a fuego lento en fumarolas, subir mil escaleras en el Lagoa de Furnas y andar por el Lago hasta que el diluvio nos engullo
En Sete Cidades pudimos andar por el Hotel Monte Palace abandonado y en ruinas y ver su maravillosa panorámica, vimos un pueblo en fiestas y disfrutamos de un plato típico de Morcela con Ananas en Mosteiros surfero.
Pasamos un frío tremendo en Serra Devassa para ver sus miradores y lagos, entre ellos el Lagoa do Canario, rodeado por un bosque precioso.
Degustamos un O Chocolatinho en Ribeira Grande, alguna se comió Queijadas endulzadas en Vila Franca do Campo, ver pueblos tan aislados y bonitos como Faial da Terra y su sendero a Salto do Prego y disfrutar de los mil miradores en la zona noreste de la isla
Y como no el Lagoa do Fogo, una paisaje natural precioso, donde puedes darte el palizote de bajar la mil escaleras para tocarlo y luego subirte por una sendero embarrado a 190 pulsaciones, para relajarte después con el Salto do Cabrito
Y si quieres baño en el mar, pues siempre tendrás aguas marinas con Fumarolas como las de Ponta da Ferraria y sus piscinas naturales
Ya sabéis, no dudéis en visitar esta isla de Sao Miguel enclavada en las Azores, os sorprenderá para bien.
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