sábado, 28 de enero de 2012

En la Soledad


















De la montaña encontré lo que buscaba,
mas me lo guardo para mí,
ay! que menuda petada!...

Miro a derechas veo nieve,
abajo veo el hielo,
Peñalara me sorprende,
resbalon, zas! en to el ojete!.

Por mirar dónde no debo,
por sentir lo que yo siento,
embarcado en el Schmid,
nevado y blanco del invierno.

Mas alguno me tacha de ilegal y solitario,
despedazando mis adentros,
en mis ojos hoy he visto,
un frío calenturiento.

Mas como sentir calor rozando el hielo,
el palpitar de mi corazón sintió tu viento,
ese que zumba mi oído y susurra un te quiero.

Coronando ya el puerto,
y zampando un enjuto manjar,
procedí a ver la Barranca,
nubes y sol a la par.

Retorne a las Navas Cerradas,
tome un Calvario helado,
piedras, hielo, charcos,
menudo lodazal en algunos lados.

Treinta y siete kilómetros de Sierra,
dolor de patas de andar,
mira que digo "no me supero",
otra vez me la vuelvo a dar.

Ahora en la cama escribo este verso,
para el que lo quiera mirar,
yo ya no miro nada,
pues mi ojos he de cerrar.


















Preciosa vista de la Barranca en un día espectacular























El Schmid nevado y mucho hielo, hubo tramos que lo pase mal, de todo se aprende.






















Subiendo por la carretera de la república, mucha nieve llegando casi a la Fuenfría.

2 comentarios:

Coda dijo...

tú, poeta, te mueves más que la compresa una coja...

oscar dijo...

jeje!! tenemos que vernos Coda, una cenita u lo que Robe os permita no? venga proponedme un finde que no este con tantas obligaciones tan duras ;-)